Cipactli y la creación de la tierra

Antes de todo, tan solo existía la nada, los dioses lo sentían después de las devastaciones de los cuatro soles por lo cual era necesaria la recreación de la tierra. Se sienten vacíos y anhelan compañía. Todo era calma y agua, un inmenso mar en donde vivía Cipactli la voraz, monstruosa e insaciable criatura mitad cocodrilo, mitad pez con muchos ojos. Que en cada una de sus dieciocho partes del cuerpo cuenta con una boca para devorar, nada amigable y de gran apetito.
Es el monstruo de la tierra cuyo nombre significa “lagarto negro” y que se asocia con la divinidad de la Tierra: Tlalcíhuatl. De esta criatura fue creada la tierra misión adquirida por Quetzalcóatl y Tezcatlipoca quienes tomaron la iniciativa viendo la soledad que sentían los dioses.
Para cumplir con su cometido bajaron del cielo y observaron sus movimientos viendo su gran voracidad y sus filosos dientes, en fauces, hombros, rodillas y otras articulaciones por lo que deciden que la creación no se puede dar mientras este monstruo este de por medio.

Para atraerlo Tezcatlipoca ofrece su pie como carnada. Cipactli no lo duda y de un brinco lo arranca del dios pero antes de que logre sumergirse de nuevo en el agua, los dioses toman forma de dos enormes serpientes, tomando una la mano izquierda y el brazo derecho, mientras que la otra toma el pie izquierdo y la mano derecha de Cipactli desmembrando cruelmente al monstruo quedando partido su cuerpo a la mitad.
La parte superior creó la tierra mientras que la inferior se convirtió en el cielo.
El cruel y violento acto hizo enojar a los viejos dioses quienes conmovidos ante tanto dolor de la criatura que fue estirada hasta su muerte deciden compensarla dando a la tierra su forma.
Decidieron que de ella crecieran todas las plantas que necesitará el hombre. De sus cabellos crecerían árboles, flores y hierbas, de su piel saldría el pasto con pequeñas flores.
Sus ojos se convertirían en grandes lagunas y pequeñas cuevas, todas sus lágrimas derramadas serían ríos caudalosos, su boca daría vida a cavernas y mares mientras que su nariz sería la punta de los valles y montañas.


Pero Tezcatlipoca y Quetzalcóatl aún no estaban satisfechos ya que no había aún lugar para los hombres y llegando a un acuerdo, decidieron tomar dos árboles grandes para sostener las mitades de Cipactli, que estaba formada por dieciocho cuerpos dejando nueve de ellos “arriba de nosotros” y nueve abajo “el inframundo” o “mundo de los muertos”, en medio estaría el lugar del hombre.
Terminando su obra colocaron a la pareja primordial. Y después se les dio a estos dioses la encomienda de crear el tiempo siendo llamado el primer mes Cipactli en honor a la criatura que brindo su vida a cambio de la creación de la tierra. Siendo una de las más veneradas.

La leyenda dice que se podía escuchar el grito del monstruo por las noches.