

Cipactli y la creación de la tierra
Antes de todo, tan solo existía la nada, los dioses lo sentían después de las devastaciones de los cuatro soles por lo cual era necesaria...
Mr. blue sky
Así es como nace Tlalyollotzin cuando todo estaba en suspenso, en calma, en silencio; inmóvil y callado.
Sin un lugar en donde imaginar y fantasear; donde reunirnos viejos y nuevos amigos a dialogar, a crear quimeras.
No había nada junto que hiciera ruido, ni cosa alguna que se moviera, ni se agitara. Cada quien estaba por su lado.
Llegando con Tlalyollotzin que significa “camino al corazón de la tierra” la primer palabra que unió a todos a meditar, a ponerse de acuerdo, a juntar sus palabras y su pensamiento, a estar en contacto.
Muchos años habían pasado para que algunos se volvieran a reunir entre polvo y lágrimas, rostros y casas agrietadas. Tuvo que temblar la tierra para abrir sus ojos y su corazón, todos escucharon su llamado, nuestra madre está herida, ha gritado llena de dolor, retorciéndose desde sus entrañas, sacudiéndose. Pidiendo un cambio de actitud.
Al oír su llamado sus hijos se tomaron de las manos, se cobijaron y acompañaron los unos a los otros para auxiliarse despertándose de su materialidad.
Fueron días oscuros, de tempestad, miedo, insomnio, cansancio, frío, hambre. la lluvia no paraba en algunos lugares mientras otros eran azotados por el sol. Las aguas salieron de sus causes, el volcán también hablo arrojando sus cenizas por ríos y aire.
Sus hogares e iglesias se derrumbaron dejando pueblos sin esperanza llenos de cenizas y escombros en donde se reflejan los primeros rayos de un confortante sol con tintes de incierta claridad, de reflexión, de conciencia por hacer las cosas mejor anunciando el renacer.