Leyenda de Jack y la brasa del diablo
- Leyenda popular irlandesa
- 21 oct 2017
- 2 Min. de lectura
Las calabazas de cara siniestra que a veces son iluminadas adornando nuestras casas el mes de octubre y parte de noviembre nos llegan desde Irlanda y los países anglosajones.
Al llegar los inmigrantes irlandeses a América del Norte traen su cultura. Siguiendo los orígenes celtas del Samhain los europeos comenzaron a sustituir el nabo por las calabazas de origen mesoamericano ya que eran mucho más grandes y fáciles para trabajarlas bautizándolas como “el candil de Jack” afirmando que Jack es quien vive dentro de la lampara, o como se le conoce actualmente “Jack-o lanters” cuyo nombre nace de la leyenda de “Jack el tacaño” creación de su propio folclore:

Una noche víspera de Samhain Jack quien era un avaro borracho tuvo la mala fortuna de sentarse a beber en una taberna con el diablo a quien trato de engañar. Estaba muy tomado, pero eso no le impidió llevar a cabo su plan que consistía en dar su alma a cambio de una última copa.Al llegar la cuenta el tacaño convenció al diablo para que se convirtiera en una moneda de plata y así poder pagar. Hecho el acto Jack lo tomó y lo puso en el bolsillo del pantalón que tenía grabada una cruz logrando que el diablo no pudiera volver a su forma original. Jack no lo dejaría escapar hasta que le prometiera no volver a pedir su alma en diez años, logrando le fuera concedido su deseo.Cumplido el plazo el diablo se le presento a Jack ahora en un paraje ansioso de llevarse su alma. Atemorizado pensó un nuevo engaño que consistía en pedirle que bajara un fruto de un árbol adulando su poder. El diablo nuevamente acepto y dando un brinco subió por el cayendo en la trampa de Jack quien aprisa tallaba una cruz en el tronco. Ahora no podría bajar, haciéndolo prometer que jamás volvería a pedir su alma, el diablo una vez más tuvo que aceptar.Al morir Jack, su alma no fue recibida en el cielo por el tipo de vida que había llevado, ni en el infierno ya que el diablo estaba molesto por los engaños. ¿A dónde iré ahora? Pregunto Jack, y el diablo le contesto: vuelve por donde viniste.El camino de regreso era frío, oscuro, con mucho viento, el diablo le lanzo un carbón encendido extraído del centro del infierno, para que pudiera guiarse, Jack lo puso dentro del nabo que llevaba con él, para que no se apagara. ya no le quedaba más remedio que el de deambular por la oscuridad. Sirviéndole de tenebroso candil.Desde aquel día la gente comenzó a hacer su propia versión del faro de Jack tallando rostros en los nabos y papas introduciéndoles una vela, para ponerlos cerca de su ventana con la función de ahuyentar las almas en pena y otros fantasmas.
Kommentare